Cómo empezar a ahorrar

Recuerdo una conversación con una amiga, hace ya varios años. Ambas acabábamos de comenzar nuestra vida laboral y la verdad es que las dos habíamos tenido bastante suerte. Entramos en empresas grandes, con un sueldo decente en mitad de la crisis.

Estábamos hablando de ahorrar y ella comentó que pasaba del tema: "es que como mucho voy a conseguir ahorrar 100 euros y con eso nunca voy a tener para comprar un piso en Madrid (donde trabajamos) y la diferencia entre gastarlos y no gastarlos me supone mucha calidad de vida" Ella creía que ahorrar 100 euros al mes no le iba a servir de nada y que en cambio los disfrutaba mucho gastados en una cena o yendo de cañas y al teatro.

Lo peor de todo es que cuando me dijo eso, me pareció normal. ¡Casi lógico! No fue hasta que llegué a casa y lo comenté con mi entonces novio, que pensé que había que aspirar a más.

El primer paso para ahorrar es proponérselo, sin lugar a dudas.

Es cierto que hay muchos sueldos muy pequeños, con los que apenas se puede ahorrar, no seré yo quien lo niegue. Obviamente es mucho más fácil ahorrar con un sueldode 2.000 que con uno de 800.

Pero puedes comenzar buscando esos gastos tontos que (parece) que no van a ningún lado: el café que te tomas en el bar a media mañana, esas visitas a las tiendas bazar tan de moda donde sales con cosas que ni sabías que existían, las rebajas, las salidas a restaurantes, pedir comida a domicilio...

Cuando digo que parece que no van a ningún lado, lo digo con intención: el café a 1,30 que tomas cada día en el descanso multiplicado por 5 días a la semana de, pongamos 48 semanas laborales al año... son 312 euros al año, con lo que puedes comprar casi 100 acciones de Mapfre (a precio de hoy). Quizá no parezca muy impresionante, pero año tras año y aplicando el interés compuesto...  pueden convertirse en un dineral.
No tienes que renunciar a tomarte un café, puedes llevarlo preparado de casa en un termo o dejar unas bolsitas de té en el trabajo.

Tomemos otro gasto, esta vez con el menú del día: a 10 euros el menú... 2.400 euros al año de ahorro.

Parece que muchas veces al hablar de ahorrar nos referimos a bajar los gastos de ocio, de la compra, es decir, bajar el gasto de alguna partida de nuestro presupuesto, pero a veces es plausible e incluso más fácil eliminarla del todo, como por ejemplo: el gimnasio! ¿cuántos pagan un importe mensual por ese servicio que ni siquiera usan?
Esta claro: si pagas el gimnasio y no vas, lo mejor es anular la inscripción e intentar hacer alguno de nuestros trayectos habituales a pie en lugar de coger el coche, subir las escaleras andando...

Hacer un presupuesto (realista) puede ayudarnos mucho, planificar bien, tener en cuenta los gastos reales en los que incurrimos es esencial. Muchas veces en los presupuestos que elaboramos dejamos fuera muchas partidas, no prevemos cosas como cumpleaños, ocio, reparaciones...

Otro principio esencial para el ahorro es el concepto de pagarse a sí mismo, es decir, hacer una transferencia de dinero mensualmente en cuanto recibimos nuestra nómina, con ello conseguiremos ahorrar, sí o sí, sin dejarlo al azar, dependiendo de los imprevistos que puedan surgir.

Hagamos un pequeño resumen de las ideas que hemos considerado hasta ahora:

  • Eliminar gastos que no nos aportan nada: gimnasios a los que no vamos, suscripciones a revistas o compras libros que no vamos a tener tiempo de leer...
  • Revisar los gastos fijos que tenemos (hacer una comparativa con algún comparador online para los suministros, seguros del hogar...)
  • Cambiar algunas de las costumbres que tenemos que menos nos aporten (comidas fuera, comida a domicilio, cafés de máquina...)
  • Pagarse a sí mismo, como si fuera otro recibo más que atender (hacer una transferencia a una cuenta o seguro de ahorro de forma sistemática).
  • Hacer un presupuesto con los gastos previstos, apuntar los gastos mensuales que realizamos.




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